Son muchas las empresas cuya actividad principal no se fundamenta en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Una buena parte de ellas, sin embargo, reconoce que es necesario automatizar e informatizar procesos. El abanico de ámbitos a los que se les pasa la mágica brocha de la informatización, contempla desde lo más obvio (procesos de control de gestión, relaciones con clientes y proveedores, facturación etc), hasta aquellos que tradicionalmente tardan más en informatizarse (actividades y labores de responsabilidad social, capacitación, etc.)
No son infrecuentes los casos en los que los resultados de estos procesos están muy lejos de ser los óptimos. Los aspectos que causan disconformidad con mayor frecuencia son los tiempos de entrega, la calidad general del trabajo, y la ausencia de algunas funcionalidades clave.
Si esto le suena familiar, es probable que su empresa esté incurriendo en algunas fallas de origen (como en las transmisiones en vivo) a la hora de contratar a proveedores para proyectos que tienen como médula las tecnologías de la información.
Del proveedor
Mirar con lupa los antecedentes del proveedor forma parte de todo proceso de selección. Ahí no suele presentarse el problema. Los especialistas del área y de recursos humanos peinan internet y funden el teléfono llamando a clientes anteriores de los posibles candidatos haciendo preguntas tan genéricas como “¿Cuál fue la experiencia de trabajar con este proveedor?”.
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La gran cita
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